Sin lugar a dudas, cuando hablamos con alguna persona de la calle acerca de arquitectura, inmediatamente piensa en el diseño de viviendas o, simplemente, edificios de cualquier tipo. Sin embargo, la verdad es que la arquitectura tiene muchísimo que ofrecer a la sociedad y, en este sentido, es indispensable sensibilizar al grueso de la misma acerca de su importancia y, por supuesto, hacer partícipe al máximo de personas posibles sobre cuál es el papel que cumplen los arquitectos en el s.XXI. En este artículo hablaremos de ello y daremos algunas claves para hacerlo con éxito.
Las posibilidades
Como recientemente se ha puesto de manifiesto en torno al sinfín de actividades organizadas con motivo del día mundial del Col·legi Oficial d’Arquitectes, las posibilidades para mostrar la función que cumplen los arquitectos en la sociedad son prácticamente ilimitadas y pueden destinarse a todos los públicos, desde los alumnos de las distintas facultades que aprenden al respecto en las universidades de la región hasta la población en general, que desde luego, es la primera beneficiaria de la labor de los profesionales más preparados para hacer de las ciudades, lugares más habitables para todas las personas.
En este sentido, conviene destacar que en el marco del día ya mencionado, se organizaron desde conferencias en las que muchos de los especialistas valencianos más destacados en las distintas ramas de la arquitectura tomaron la palabra para explicar en qué consistía su trabajo, hasta exposiciones o incluso recorridos urbanos en los que se puso de manifiesto que la arquitectura, más allá de ser una actividad que basa su actividad en un marco complejo, tiene como objeto la consecución de mejorar las condiciones de vida de todas las personas mediante el desarrollo adecuado de las viviendas, los edificios, los barrios, las ciudades y todo lo relacionado con ello.
Los medios
No obstante, por todos es sabido que en los momentos que estamos viviendo, en los que la sombra del COVID-19 planea sobre todas nuestras cabezas, puede llegar a ser complicado hacer ver cómo los distintos servicios de un estudio de arquitectura, como el diseño de edificios y viviendas, urbanismo, optimización de espacios interiores, proyectos de iluminación, provisión de certificados de eficiencia energética o inspección técnica de edificios, por limitarnos sólo a algunos ejemplos, constituyen una de las mejores formas para mejorar las condiciones de vida de las personas, independientemente de que estemos pensando de forma individual o colectiva.
Sin embargo, lo cierto es que todos tenemos una enorme cantidad de medios para poner en valor nuestro trabajo de manera que, gracias a las nuevas tecnologías, podemos llegar a un público realmente amplio y, en muchas ocasiones, mucho más interesado en informarse de primera mano acerca de para qué sirve nuestro trabajo.
No en vano, internet ha puesto a nuestra disposición la posibilidad de dirigirnos directamente a las personas, a través de las distintas plataformas de vídeo bajo demanda que, como YouTube, tenemos a nuestra disposición. Pero también a la hora de poder redactar artículos divulgativos y publicarlos sin necesidad de la más mínima inversión, gracias a los blogs, e incluso para poner en marcha proyectos algo más ambiciosos y mostrar cómo quedarían nuestros diseños una vez construidos gracias a la publicación en línea de algún modelo de realidad virtual que haga al público comprender cómo la arquitectura puede ayudar a las personas para mejorar sus vidas de la forma más eficaz posible, proporcionándoles espacios habitables y cómodos al mismo tiempo.
Es decir, que más allá de los medios presenciales que han dominado hasta ahora, los arquitectos tenemos un amplio abanico del que podemos aprovecharnos a la hora de dar a conocer nuestro trabajo a toda la sociedad, de forma que éste no sólo sea bien comprendido por cualquier persona, sino que también se vea puesto en valor hasta el punto que realmente merece.
No obstante, esto no quiere decir que la existencia de los medios virtuales tenga que eximirnos de emplear los que podríamos llamar tradicionales (como las conferencias, los simposios o las exposiciones, por limitarnos a tres ejemplos), sino que lo que queremos expresar es que el momento en el que vivimos ha aumentado de forma exponencial las posibilidades de hacer llegar al gran público nuestro trabajo y que es indispensable utilizarlas todas, por supuesto, en la medida de las posibilidades de cada persona.
Los resultados
De hecho, si todos los arquitectos dedicamos un mínimo de nuestro esfuerzo a sensibilizar a la sociedad acerca de la importancia que tiene nuestro trabajo a la hora de construir ciudades más habitables, edificios más eficaces a la hora de ahorrar energía o territorios más cohesionados, no tardaríamos en obtener un reconocimiento profesional mucho más amplio del que tenemos en la actualidad y, desde luego, nos iría mucho mejor profesionalmente hablando.
En consecuencia, se puede decir que no se trata sólo de hacer visible la importancia de la arquitectura ante la sociedad, sino también de dignificar la profesión y, sobre todo, de lograr que el trabajo de los arquitectos más jóvenes tenga la consideración que merece, algo de vital importancia en unos momentos en los que la precariedad laboral entre la juventud parece estar adquiriendo la condición de norma, también entre los arquitectos.
Además, gracias a la labor que venimos comentando y, sobre todo, a los resultados que se pueden obtener, será más fácil que nuestros clientes paguen el precio de nuestros servicios de buen grado, algo que hace especialmente atractivo el esfuerzo por mostrar la importancia social de la arquitectura a cuantas personas nos sea posible.
Así pues, no podemos más que terminar animando a todos los arquitectos que lean estas líneas, a dedicar parte de su esfuerzo para explicar al máximo de personas posible en qué consiste su profesión y cómo pueden ayudar a mejorar la vida de todos, dado que se trata de algo de suma importancia y todos tenemos una enorme cantidad de medios a nuestro alcance para hacerlo, solo hay que emplearlos e invertir algo de tiempo.
