¿Qué es un inodoro suspendido?

El cuarto de baño, y concretamente el inodoro son lugares a los que no solemos prestar mucha atención a la hora de remodelar nuestra casa, sin embargo en el mercado existen alternativas interesantes para darle un toque especial a esta habitación, y el inodoro suspendido es un buen ejemplo.

Su nombre no deja lugar a dudas. Frente a los sanitarios tradicionales, que se encuentran pegados al suelo, esta variante está anclada a la pared, dando por tanto la sensación de que están suspendidos en el aire, un efecto que se refuerza si tenemos encuentra que la cisterna se encuentra escondida. Se trata, pues, de una idea interesante si queremos alejarnos de la imagen tradicional del baño.

Ventajas del inodoro suspendido

Este tipo de retretes ofrecen varias ventajas sobre los tradicionales, empezando por el ya citado diseño. También cuentan a su favor con el reducido espacio que ocupan en el baño, ya que partes del inodoro común como la peana o la cisterna, aquí no están, por lo que su lugar en la habitación queda reducido notablemente.

Al tener menos elementos, este tipo de váter es, lógicamente, más cómodo a la hora de limpiarlo, pero también deja un espacio más abierto en el baño, por lo que no quedarán espacios recónditos que puedan quedarse sin limpiar.

Hay que tener en cuenta también que al tratarse de un producto relativamente nuevo, la gran mayoría de inodoros suspendidos que se comercializan son respetuosos con el medio ambiente, incluyendo la opción Eco para gastar menos agua al usarlo.

Una de las desventajas más comunes que se suele asociar a este tipo de sanitarios es que, al tener la cisterna oculta en la pared, nos hace perder metros en el total del baño. Sin embargo, esto no tiene por qué ser per se un elemento en contra, ya que con un poco de imaginación podemos sacarle partido. Por ejemplo, podemos esconder la cisterna en un pequeño muro que, posteriormente, podemos emplear como estante para colocar los productos de higiene.

Desventajas del inodoro suspendido

Pese a todo, el hecho de que la cisterna esté escondida sigue siendo una desventaja a la hora del mantenimiento. Ya que, mientras que en los inodoros tradicionales basta con levantar la tapa para ver qué está mal, en los suspendidos la solución pasa por ‘abrir’ la pared tras la que se encuentra la cisterna, que generalmente ocupa un espacio más reducido, lo que indirectamente complica el hecho de trabajar en ella.

Otro de los elementos que hay que colocar en el lado de los inconvenientes es el del precio. Más allá del coste del propio producto, el hecho de tener que realizar obras en el cuarto de baño para instalar el sanitario supone un extra a la factura.

No se trata únicamente de ocultar la cisterna, para que el sanitario pueda quedar suspendido y aguantar el peso de un ser humano es necesario disponer de un buen sistema de sujeción que asegure un correcto uso del inodoro.

Como todo en decoración, la elección de un inodoro suspendido o uno normal es algo que necesita su tiempo y no es recomendable tomárselo a la ligera. Si quieres ver más sobre este tipo de sanitarios, desde Llano de la torre te ofrecen un asesoramiento completo para que escojas el producto que más se adecúa a tus necesidades.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *