Hay una tarima flotante esperándote

Ya lo dice el refrán: no empieces la casa por el tejado. El sentido común dicta que lo más sensato es comenzar a construir de abajo hacia arriba, y no hay nada más abajo que el suelo. Lo que no dice el sentido común es qué tipo de suelo es el que debemos escoger, por eso aquí te ofrecemos algunas pequeñas pistas para que te sea más fácil la decisión.

El tipo más común es el de baldosas. Su reducido precio y la facilidad de instalación la han convertido en la opción más típica en las casas, pero también cuentan con algunos inconvenientes como la sensación fría que aportan al tacto o su carácter antiestético, por eso, pese a su popularidad, son muchos los que ven las baldosas como una decoración típica de tiempos pasados y prefieren utilizar opciones que identifican como más modernas.

En este aspecto, la tarima flotante es la gran favorita. Al igual que las baldosas, su precio no es demasiado excesivo y es un suelo sencillo de instalar, pero además cuentan con otras ventajas añadidas como su aspecto realista o su fácil mantenimiento. Aunque, una vez más, no comencemos la casa por el tejado y vayamos al principio

¿Qué es la tarima flotante?

Según explican desde la empresa de tarimas flotantes clicktarima, la tarima flotante es aquella en la que se colocan piezas largas de madera, con una extensión máxima de 2,5 milímetros, sobre una capa niveladora que, a su vez, se coloca sobre el forjado. El apellido “flotante” lo toma de sus inicios, cuando se dejaban los materiales sin fijar, para facilitar su dilatación.

Generalmente, las distintas tarimas se suelen agrupar en tres grandes grupos: sintéticas o laminadas, multicapa y macizas, cada una con sus ventajas e inconvenientes y su respectivo precio.

Tarimas laminadas

Las sintéticas o laminadas son las opciones más económicas. Como indica su nombre, están compuesta por pequeñas láminas realizadas con derivados de la madera y unidas mediante resina, tratando de imitar este noble material lo máximo posible.

Pese a todo, existe vida más allá de la madera y actualmente se pueden encontrar acabados con otros diseños, lo que sin duda es un aspecto muy a favor para optar por este tipo de suelo si no termina de gustarnos tener un suelo de madera.

No obstante, este tipo de suele no se lleva muy bien con el agua, por lo que su instalación está prohibida para lugares donde predomine la humedad (baño) o donde corran el riesgo de mojarse (terraza).

Tarimas multicapa

Las tarimas multicapas, conocidas también como parquet, tampoco necesitan muchas explicaciones. Se trata de un conjunto de láminas colocadas una sobre otra (generalmente las capas inferiores se utlizan materiales de menor calidad, dejando los mejores para la parte superior) hasta crear un bloque.

Este tipo de suelos necesitan más cuidado que los sintéticos y su instalación es más complicada, sin embargo, el acabado final es mucho más bonito, ya que la sensación de estar caminando sobre un auténtico suelo de madera está mucho más conseguida.

Tarimas de madera maciza

Las tarimas de madera maciza pueden considerar casi como un subgrupo de las anteriores, ya que la única diferencia es que donde antes había varias capas, ahora solo existe una pieza.

Al tratarse de un material compacto, es un suelo mucho más duradero que los anteriores, ya que resiste mejor los golpes, por lo que, aunque su precio puede ser más elevado, debe ser visto como una inversión a largo plazo, puesto que, si lo cuidamos bien, puede durar toda la vida.

Encuentra tu suelo ideal

Aunque solo hayamos visto tres grupos, existen infinidad de opciones. Como si de un árbol se tratase, de cada tipo salen cientos de ramificaciones diferentes, con sus propias peculiaridades, por lo que, si realmente quieres pasarte al mundo de la tarima flotante, será muy difícil que no encuentres tu tipo de suelo ideal.

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