LAS FACHADAS VENTILADAS, UN AISLAMIENTO DE CALIDAD

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Según FAJOVI, las fachadas ventiladas son un sistema de cerramiento muy beneficioso para casi cualquier edificio. Están compuestas por tres capas de revestimiento: un muro de soporte, una capa aislante y un revestimiento exterior, que suele ser de cerámica o piedra natural.

Este tipo de fachada funciona de forma compleja y requiere de una instalación por parte de profesionales, pero aporta muchos beneficios. La cámara de aire que queda entre el revestimiento externo y la capa aislante ocasiona un efecto chimenea continuo que favorece el ahorro energético: el material empleado en la capa exterior se calienta con los rayos solares y provoca una corriente de aire ascendente.

El sistema de fachada ventilada se ha desarrollado hasta convertirse en la mejor opción en cuanto a calidad y aprovechamiento energético para las fachadas con exterior de piedra natural, especialmente, en el caso de la cerámica.

El material cerámico es más duradero que otros y por eso se considera muy eficiente. La cerámica tiene distintas variantes de acabado (brillante o natural, con textura…), pero también hay otras opciones, como la piedra, el cristal o la madera.

La principal recomendación en cuanto a fachadas ventiladas es asegurar que su funcionamiento es óptimo confiando en una empresa con un equipo que supervise y ejecute todo el proceso, desde la elección de los mejores materiales hasta la colocación.

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Las fachadas ventiladas ofrecen muchos beneficios

El más importante es su capacidad aislante de temperatura y de acústica. De un lado, como hemos comentado, la cámara de aire y su efecto chimenea previene problemas de condensación de agua; por otra parte, el flujo de aire consigue una temperatura agradable en el edificio durante todo el año. Además, las fachadas ventiladas también mejoran la acústica, porque los materiales del muro exterior presentan una gran absorción del ruido.

El aislamiento, además de sus ventajas principales, también supone un ahorro energético importante, que puede alcanzar hasta un 30%. Una fachada ventilada reduce el gasto en calefacción en invierno y en aire acondicionado en verano, lo cual es beneficioso tanto a nivel económico como medioambiental, por reducir las emisiones de CO2.

Los materiales duraderos y de alta calidad de este tipo de fachada la convierten en una opción muy rentable. En el caso de las piezas de cerámica, éstas presenten resistencia frente a lluvia, cambios de temperatura y otras inclemencias del tiempo, y no se desgastan, por lo que necesitan un mantenimiento mínimo. En caso de rotura, las piezas se reemplazan sin que sea necesaria una obra.

La colocación misma de la fachada ventilada es muy sencilla, con un tiempo de instalación muy corto, ya que las piezas son bastante ligeras en todas sus opciones de acabado. Ofrecen, por tanto, muchas posibilidades estéticas, pues el revestimiento exterior puede encargarse en diversas texturas o colores. Se trata de un sistema que combina a la perfección la funcionalidad y la estética de los edificios.

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